Reseña de la clase de Azucena Zanón. Octubre de 2017
París
1957 lineas que se cruzan en el seminario de Jacques Lacan, momento clave del
optimismo que lo simbólico entraña en las elucubraciones de un psicoanalista
que rubrica semana a semana aquel mentado retorno a Freud. Líneas que se
proyectan en el grafo del deseo y que resurgen en esta clase de Azucena Zanón
al marcar algunos de los pasos que aquella enseñanza daría, para llegar así
-algunos años más tarde-, al nudo borromeo y a un más allá del sentido.
El
punto de partida de esta clase busca así circunscribir y demarcar nociones
tales como: lo reprimido, el inconsciente, el deseo y el síntoma. Cada una de
ellas encuentra un lugar en la transmisión que Zanón lleva adelante en su
exposición; con recortes clínicos, con citas de Lacan y Miller, y con algunos
matemas, transcurre una secuencia que pondrá en valor el lugar del lenguaje y
su central incidencia en los avatares de la constitución subjetiva. Del grito
al llamado, y situando un más allá de la demanda, se abren espacio en la clase
algunas precisiones sobre aquellas relaciones que se plantean entre el deseo y
la interpretación.
La
angustia es otra de las referencias a las que el discurso de Azucena Zanón
haría lugar en esta clase, así también esa pantalla o marco que llamamos
fantasma es abordada con estimable didáctica sin omitir algunas referencias
lacanianas como aquella de la mantis religiosa que nos remite al Che vuoi?
Las
diferentes aproximaciones que hiciera Freud a la noción de síntoma son
expuestas a su turno, permitiendo revivir una cronología que no dejaría de
hacer eco en los diversos caminos de la enseñanza de Lacan. Siguiendo dichas
pistas llega esta clase a remarcar algunos puntos sobre el síntoma que se
formaliza en un análisis, destacando en ello ese soporte que la transferencia
constituye en relación al sujeto supuesto saber.
La
última enseñanza de Lacan encuentra -avanzada la clase-, aportaciones que la docente
puntuará en derredor del inconsciente transferencial y el inconsciente real en
tanto distingo insoslayable de aquellos desarrollos teóricos de los años 70.
Dichas marcaciones resultan precisas a la hora pensar un más allá del sentido
que no dejaría sin cambios aquello que se refiere a la interpretación, como
tampoco dejaría sin efecto a las últimas perspectivas que Lacan diera sobre el
fin de análisis.
Martín M. Rizzo