Surada # 9 - Angélica Marchesini
Angélica Marchesini, AE 2016-2019, sobre qué ha
cambiado de la interpretación con el nudo borromeo
Incidencias
de la práctica analítica: síntoma, cuerpo, discursos.
Las VI Jornadas Regionales del IOM2 Patagonia,
que se desarrollarán en la ciudad de Ushuaia, estarán centradas en el tratamiento de nuestra práctica psicoanalítica. Como
todos sabemos, la teoría es una elaboración de la práctica, y los principios que dan
sustento y razón a la práctica psicoanalíti-ca fueron modificándose en la
enseñanza de Lacan.
En efecto, desde el mismo momento en que la
problemática del goce viene a un primer plano, el punto de partida de Lacan
deja de ser el Otro, para dirigirse al Uno, un principio que Lacan extrajo de
la experiencia. A partir de ese cambio, la cuestión de goce se impone en su singularidad:
el foco se instala sobre ese Uno solo del síntoma, separado del Otro.
Para la práctica analítica, Lacan presenta en su
última enseñanza el camino del nudo borromeo. En él, sustituye el ternario
edípico de Freud por el de RSI, un triple registro integrado por lo Real, lo
Simbólico y lo Imaginario, considerados como siendo Unos, distintos redondeles
de cuerda, equivalen-tes y anudados.
La propiedad borronea aparece en el lugar de la no relación, mientras
que al Nudo Lacan lo obtiene de su práctica, de aquello que se habla, de lo que
falla en el cuerpo.
En RSI, Lacan nos dice que lo que se escribe es
el goce y el lugar en el que se escribe es en el cuerpo. El goce se fija, así,
en el síntoma, escribiéndose por medio de una letra, como goce de una letra del
inconsciente.
En este punto,
cabe formularnos la pregunta acerca de cómo la concep- ción de
síntoma puede orientarnos en nuestra práctica. Y la respuesta nos la da el
propio Lacan, a la altura de "La tercera", cuando afirma que "el
sín-toma proviene de lo Real".
Entonces, ¿en qué radica la eficacia del psicoanálisis sobre el síntoma?
Un psicoanálisis se evalúa en función de las consecuencias que tiene respecto
de la interpretación. Dicha interpretación es el nudo mismo de la práctica
analítica, y sobre ella pone el acento la última enseñanza.
Al desplazar la interpretación hacia el marco borromeo, Lacan cambia el
estatuto de la interpretación, que pasa de la escucha del sentido hacia la
lectura fuera de sentido, tomando distancia, así, de la semántica.
Así, la interpretación se centra en reducir el síntoma a su fórmula
inicial, al encuentro material entre el significante y el cuerpo. Si el sentido
resulta de un campo entre lo imaginario y lo simbólico, resulta el efecto de lo
simbóli-co sobre lo imaginario. Lo real, en cambio, se caracteriza por la
exclusión del sentido, ya que ese fuera de sentido es lo inherente a lo real.
Y aquí podemos interrogarnos cómo es que, a
partir de un juego con el sentido (entre I y S), se alcanza ese Real fuera de
sentido, de donde proviene el síntoma. El "hacer" conveniente a la
práctica es el que, a partir del dicho, busca promover el juego del equívoco
entre el sonido y el sentido, a fin de incidir sobre el goce sentido y, con
ello, reducir el goce fálico del síntoma. Es el propio Lacan quien nos señala
que disponemos del equívoco "como arma contra el síntoma".
En Lacan, el síntoma es "lo que viene de lo real" 1, pero de un real que, cuando se hace síntoma,
ingresa en el campo del sentido, presentándose "como un pececito cuya
boca voraz sólo se cierra cuando tiene sentido donde hincar el diente" 2. En esa voracidad de sentido, el síntoma -que
viene de lo real- da que hablar. Así lo señala Lacan en "La
Tercera", cuando define un real que, por intermedio del síntoma, se
engancha con el sentido, que lo hace proliferar.
Si bien Freud es quien descubre que el síntoma
es algo que se descifra, y que aquello que se descifra es goce, a partir de
Lacan el síntoma ya no es sólo desciframiento. Es más bien, el traumatismo del
significante goce, que obliga a una invención subjetiva, del sentido que, más o
menos, es siempre un delirio, ya sea un delirio de los discursos establecidos,
como uno verdade-ramente inventado.
Para Lacan, el significante lalengua produce
siempre un traumatismo sobre un sujeto, traumatismo que, a partir de su última
enseñanza, se convierte en el núcleo del inconsciente. Es ese traumatismo del
significante goce el que, precisamente, obliga a una invención subjetiva.
En síntesis, la práctica del psicoanálisis que
podemos extraer de "La Tercera" refiere a la posición de
semblante de objeto a para el analista en su discurso. A la altura de la
enseñanza de los nudos, el dispositivo analítico sigue siendo un discurso, uno
en el que el analista hace semblante de objeto a, y agrega. Y eso no se trata
de ninguna infatuación. Es, más bien, una recomendación para que seamos más
sueltos.
1. Lacan,
J., La Tercera, Revista Lacaniana 18, Grama, Bs. As., 2015.
2. Ibíd.
"La verdad se especifica por ser poética"... Compartimos un
texto de Lucía Da Campo, Responsable Local del CID Neuquén, inspirado en las
palabras de Lacan.
Partiendo del párrafo propuesto: “Es en tanto
que una interpretación justa extingue un síntoma, que la verdad se
especifica por ser poética. No es del lado de la lógica articulada-aunque yo me
deslice allí a veces- que hay que sentir el alcance de nuestro decir. No que no
haya nada que merezca hacer dos vertientes, lo que enunciamos siempre, porque
es la ley del discurso, como sistema de oposiciones. Es eso mismo lo que nos
haría falta superar”, considero que la clínica del autismo, como ninguna
otra, nos enfrenta a los límites de la lógica del sentido y a los
alcances de nuestro decir.
En una entrevista a Gustavo Slatopolsky 1,
él relata su primer encuentro con los autistas. Intentaba tranquilizar a un
niño mientras lo sostenía en el ino-doro Y le decía que no sería él quien se
iría por el inodoro, sino sólo su caca. Gustavo venía de España donde la
palabra inodoro se dice “retrete” y si bien no sabía el vocablo en francés,
supuso, que sería “retraite” ya que había visto carteles con la palabra escrita
y supuso, por homofonía, que serían sinóni-mos. El niño luego de estas palabras
lograba calmarse y cedía su objeto. Meses después supo que la palabra en
francés significaba jubilación, no inodoro. Este fue su primer encuentro con la
incidencia de la enunciación por fuera del campo del sentido y señala que “El tono
en la palabra habilita-ba un lugar posible donde depositar el objeto cada vez”.
De mi propia práctica recuerdo mi encuentro, un tanto traumático, con un
joven autista quien me pellizcó con mucha fuerza, mi cara de dolor descon-certó
al joven. Luego me dijo enfáticamente: “es un chiste!”, lo cual hizo que
superara el dolor para esbozar una sonrisa.
Hay un verbo, un simbólico en el autismo pero
que tiene otras reglas, un modo de funcionamiento que no es el propio del
lenguaje que implica la cadena significante, que implica el saber inconsciente
del saber no sabido. El analista aquí no podrá extraer un S1 esencial, o
aislarlo para vaciarlo de su uso común.
Rosine Lefort presenta en el Seminario I, en el
capítulo “La tópica de lo imaginario”, el caso de Robert “El lobo”. A Lacan le
interesa esa palabra repe-titiva “la palabra núcleo” que es lo único que él
dice “¡el lobo!” Luego agrega otra palabra a partir de, me atrevo a decir, la
transferencia sutil que se esta-blece, palabra que sólo le dice a Rosine: Dama.
Rosine Lefort dirá en rela-ción al tratamiento de Robert “Al principio creaba
el vacío en torno al bibe-rón, ahora crea el vacío en torno a mí”. Miller dirá
que este “crear vacío” ha sido una actitud fundamental en la práctica de esta
analista 2.
En ese momento Lacan no había construido el
concepto de S1, pero esa palabra núcleo, entiendo, más adelante será el S1; él
la llamaba palabra reducida a su médula. Lacan dirá3
“No, creo que es esencialmente la pala-bra reducida a su médula. No es ni él,
ni nadie, es, evidentemente, ¡El lobo! En tanto que él dice esta palabra. Pero
¡El lobo! es cualquier cosa en tanto que puede ser nombrada. Ven aquí ustedes
el estado nodal de la palabra. El yo es aquí completamente caótico. La palabra
está detenida. Pero sólo a partir de ¡El lobo! Podrá ocupar su lugar y
construirse”.
Volviendo al párrafo, Lacan nos señala que, si
bien él mismo a veces se desliza por la vertiente de la lógica articulada, aquí
nos invita a superar los discursos como sistema de oposiciones, salir del
sentido. Quizás los autistas nos hagan la misma invitación.
1. Imprevistos
de lo real, Colección Orientación Lacaniana; Grama 2014
2. Miller,
J.A. “La matriz del tratamiento del niño lobo”, Estudios sobre el autismo,
colec-ción Diva. 2014
3. Lacan,
J., El seminario, Libro 1, Los escritos técnicos de Freud, Paidós, Buenos
Aires.
Información
importante
Inscripción:
Desde agosto, la incripción se abona en un pago
de $ 2800 o en dos cuotas de $ 1400 (agosto y septiembre).
Transferencia bancaria a la Caja de Ahorros
228-339259/5; Titulares Carraro Marina Rosa / Palotta Laura Cecilia; CUIT
27184347429; CBU 2680022811000005427790. Enviar el comprobante de depósito o
transferencia bancaria, con sus datos perso-nales, a la casilla jornadaspatagonicasush@gmail.com
Comisión de
gestión local:
Dante Baldi, Amparo Barrionuevo, Verónica Baucero,
Lucía Benchimol, Martín Cabrera, Micaela Cachenaut, Marina Carra-ro, Silvia
Pichi Ferraroti, Gladis Frías, Alba Godoy, Mónica Issa, Marina Lareo, Valentina
Minieri, Enrique Ortiz, Federico Oyola, Constanza Padilla, Laura Palotta, Pablo
Polizzi, Jorge Rivadeneira, José Rodríguez.
![](file:///C:/Users/User/AppData/Local/Temp/msohtmlclip1/01/clip_image002.jpg)