Reinventar la Identidad Fueguina- por Leandro Hocquart

El día sábado 17 de septiembre de 2016 en la ciudad de Río Grande se realizó la feria del libro. Allí se desarrolló una mesa de conversación titulada Des/arraigados, inspirada en el lema de la presente edición de la Feria: Lo que el viento no arranca, lo arraiga.
Los disertantes fueron: Lucía Benchimol, Fabio Seleme, María Lokvici y Leandro Hocquart.
En esta oportunidad compartimos el el trabajo presentado por Leandro, miembro del IOM 2 Delegación Ushuaia.



REINVENTAR LA IDENTIDAD FUEGUINA

“La lógica me decía que no volvería a ver este lugar de nuevo y eso es lo que hice, sobreviví, seguí respirando. Y un día esa lógica resulto estar equivocada porque la marea trajo una vela con que navegar. Y aquí estoy, de vuelta, en Memphis, hablando contigo, tengo hielo en mi vaso... Y he vuelto a perderla otra vez, estoy muy triste por no tener a Kelly pero me alegro de que estuviera conmigo en aquella isla. Y ahora sé lo que debo hacer, seguir respirando, porque mañana volverá a amanecer y quien sabe que traerá la marea.” ” El Náufrago


Por Leandro Hocquart
Afortunadamente la literatura que abarca la identidad fueguina y su construcción se ha inclinado casi en su totalidad por fuentes reales y estudios científicos que dan cuenta del complejo proceso que ha intervenido en la formación de identidad fueguina.
Pero ¿cuál es esa identidad? ¿De qué manera se traduce hoy en la compleja trama que encierran los conflictos fueguinos en especial a nuestros jóvenes adultos?
Suicidios, consumos de sustancias, trata de blancas, robos son todas expresiones que se manifiestan cuando una población ha alcanzado cierto nivel de “desarrollo”, que utilizamos de manera intencional entre comillas para interpelar ese concepto que puede pensarse tanto desde su arista positiva como negativa.
En “El último Confín de la Tierra” Lucas Bridge relata los comienzos de aquella invasión sobre la cultura fueguina que se inició a mediados del siglo XIX cuando algunos barcos europeos que tenían por objetivo descubrir la India se encuentran sorpresivamente con los indígenas de nuestra tierra. Ese encuentro que dejaba avizorar por un lado la tragedia del indio, y otrora la muerte de la lengua nativa fue fundamental para la extinción de cierta identidad que hoy solo puede rastrearse a partir del Mito, ya que está de manera latente en el discurso fueguino.
Paradójicamente una de las pocas fuentes escritas que permiten rescatar la lengua nativa se encuentra en un museo de Londres (Borla & vereda 2011) y es el Libro escrito por Thomas Bridge diccionario con más de 30 000 palabras que se encuentra protegido para unos pocos por ser capital cultural. Cabe entonces la pregunta, ¿no debería estar aquí en nuestra tierra? ¿No se necesita entonces un trabajo de extradición que nos permita recuperar lo nuestro que ha sido ultrajado?
Según Borla y Vereda, uno de los interrogantes que se planteaban los primeros viajeros era cómo podía ser que estos nativos subsistieran en este lugar inhóspito de la tierra sin casi abrigo alguno. La misma pregunta conlleva ya los prejuicios propios de una cultura que se considera superior a la otra porque lejos de ser rastreo de hipótesis a confirmar o falsear expresa la certeza de quien se cree superior a otro en un saber-
¿Eran entonces ignorantes nuestros nativos fueguinos? ¿Qué tipo de saber tenían y qué tipo de saber necesitaban? Hacer un recorrido antropológico de esto excede en mucho los propósitos de trabajo que pretende dar una mirada más acotada de este recorte de historia de manera que me limitaré a decir simplemente que no lo eran ya que se encontraban perfectamente adaptados a la geografía y la naturaleza de manera de poder obtener de ella todo cuanto necesitaban.
La historia se impone, aquellos primeros conquistadores solo pudieron sobrevivir en estas latitudes cuando fundieron sus propios saberes con aquellos otros que ya le precedían incorporándose a los mitos y creencias estableciendo un puente entre aquello conocido y lo que estaba por conocer.
El resto de la historia lapidaria pero real da cuenta de la aniquilación física en su totalidad de los aborígenes que poblaron estas tierras. ¿Es que la gripe blanca superó la inmunología autóctona? Eso sería justificar las atrocidades cometidas intencionalmente por los Mc Lenan, los Menendez Bety, los Brown y sus cómplices.
Lo cierto es que solo quedan algunos genes colados en los cuerpos de descendientes que ya no pueden hablar su lengua natal porque no tienen con quien, tan imprescindible el otro en esa dialéctica de comunicación que ante su falta, el monólogo rumiante opera extinguiendo.
Descripta esa primera oleada de migración esas primeras poblaciones se mantuvieron medianamente estables hasta que en los años 80 ya de nuestro siglo, comenzó una masiva migración de las capitales nacionales hacia esta zona con un segundo propósito, poblar la Patagonia argentina en un intento de delimitación del extranjero (movimiento violento en sí mismo ya que todo desplazamiento sobre lo que ya está cristalizado lo es) que no paró de avanzar hasta nuestros días dando lugar a un violento choque cultural que pone en crisis lo instituido hasta aquí (Rueda, 1994).
¿Cómo se relaciona este impacto en la identidad fueguina ya mestiza con los padecimientos de una población?
Consumo de sustancias, suicidios, homicidios, trata de blancas y más, son actos que se le adjudican según algunas investigaciones a la geografía inhóspita y a las condiciones geográficas que aseguran se perciba con más crudeza el aislamiento emocional (Miró G. y otros, 2009; San Gil 1994; Gonzalez, 1983)
Pero ¿es esto cierto? ¿Quiénes perciben este aislamiento? ¿O este malestar será producto del mismo germen nómade colonizador de aquellos primeros navegantes que encontraron montañas de oro que luego llevaron a las arcas de los reyes europeos?
Conviene hacer circular esta pregunta con un significante que nos ayude a pensar el porqué de estos signos de época: el desarraigo.
Etimológicamente desarraigo significa cortar las raíces de alguien o algo, y en la antigua Grecia esto aludía directamente a la muerte. Era tal la severidad con que era percibido este acto que se traducía en un menos de identidad de manera que los griegos preferían morir a ser extirpado de sus tierras.
Las connotaciones de esta palabra pueden ser utilizadas para pensar el circuito por el que atraviesan aquellos que han venido desde afuera hoy una gran mayoría. Arrancados voluntariamente (sirva la paradójica contradicción como instrumento) de sus canteros se encuentran a la deriva convencidos de tener acá lo que no han podido obtener allá.
El paraíso perdido, lugar que circula en el imaginario social, es tanto motor de búsqueda como causa de frustración. Motor en tanto impulsa a zarpar a nuevos puertos que permitan tramitar una realización personal y causa de frustración en la medida que lo que se encuentra no concuerde con el ideal imaginado.
A los fines de adaptarse a la realidad es que abro el diálogo a otros saberes para comenzar a pensar que quizá estos padecimientos nombrados son más bien productos de la falta de identificación con el Relato Fueguino entendido este como el tejido contenido en el mito y rito, aquellas herramientas que permitían a los antiguos un entramado de identificaciones que posibilitaban vivir y no sobrevivir en estas zonas.
Habrá que esperar un contexto que promueva un acto de invención que permitan diluir la angustia existencial de haber sido/querido desarraigado, para encontrar los medios que orienten hacia una pulsión de vida que apele más al encuentro posible entre lo que tiene para ofrecer tierra del fuego y su nobel habitante, que con el imaginado imposible condensado en el paraíso perdido.
No es que no haya habido muertes, delitos o robos en los comienzos de la civilización (en el amplio sentido del término) en TDF sino que quizá había un saber que les permitía hacer con la soledad, con lo inhóspito y con lo bárbaro que hoy se vuelve aplastante para más de una persona y lo lleva al sinsentido de sus acciones porque cuando todo está perdido nada más importa.


BIBLIOGRAFIA

GONZÁLEZ DE RIVERA (1983) J.L.” La orientación psicosomática en Medicina y la consulta psiquiátrica interdepartamental en el hospital general. Monografía”. Serv. Científico Roche.
Miró y otros (2009). Factores Meteorológicos y urgencias psiquiátricas. http://web.a.ebscohost.com/abstract?direct=true&profile=ehost&scope=site&authtype=crawler&jrnl=11399287&AN=37033591&h=GgPcyjADduAHoM7Z6I2L3iSvEeVRgV0pHzkraNSMDyL5y1KqGwfRClEX5KEWOY4%2f%2bDU7Q6jwcltvepSpFJKgPw%3d%3d&crl=c&resultNs=AdminWebAuth&resultLocal=ErrCrlNotAuth&crlhashurl=login.aspx%3fdirect%3dtrue%26profile%3dehost%26scope%3dsite%26authtype%3dcrawler%26jrnl%3d11399287%26AN%3d37033591
OliverX,(2016).Meteoropedagogía.http://www.divulgameteo.es/uploads/Meteoropedagog%C3%ADa.pdf
Rueda H, 1994. Escrituras del desplazamiento. Los sentidos del desarraigo en la narrativa colombianapresente.http://revistaiberoamericana.pitt.edu/ojs/index.php/Iberoamericana/article/viewFile/5574/5723
SAN GIL, J.(1994) “Tiempo, clima y conductas auto y heteroagresivas”, en DELGADO, S. Et al.: Psiquiatría legal y forense, vol. II, páginas 1063-1126. Colex. Madrid.




Entradas populares